La historia nos da una enseñanza curiosa, siempre que se pasó riesgo, la iglesia pasó por el filtro y los cristianos auténticos llegaron a ser más fuertes y más espirituales. Fue el caso de la iglesia primitiva, en la Reforma, en África, detrás de la cortina de hierro en la Guerra Fría y hoy en plena Restauración Apostólica.
Arriesgarte te pone al límite, al borde, en el lugar exacto donde tienes que recurrir a las armas espirituales y a Dios. El factor riesgo es determinante para tu vida cristiana. Dime cuanto riesgo has experimentado por hacer la obra de Cristo o seguir la orden del Espíritu Santo y te diré cuanto has crecido en la fe.
ARRIESGARTE TE PONE EN EL LUGAR EXACTO EN DONDE SI O SI DEBES RECURRIR A DIOS.
David estuvo sometido a muchas pruebas, se rieron de él, lo desprestigiaron; si hubiera sido por su familia, jamás hubiera sido rey, lo marginaron, lo despreciaron, tuvo que esconderse de su líder, lo criticaron, lo quisieron matar, paso hambre y paso por el desafío de un gigante.
En abril de 1999, en una escuela de Colorado, USA, una niña cristiana llego a clases como todos los días, sin saber que dos de sus compañeros traían en su mochila una escopeta y más de veinte bombas molotov. Todo estaba tranquilo, esta niña estaba feliz estudiando en la biblioteca del colegio cuando llego una profesora gritando que habían dos muchachos armados disparando a todo lo que se movía, detrás de ella, entro un niño sangrando por las heridas recibidas, en la biblioteca todos se trataron de cubrir cuando llegaron estos dos pequeños asesinos disparándole a todo. La niña, escondida, se puso a orar con insistencia, siendo escuchada por estos rufianes, uno de ellos le pregunto ‘¿Crees en Dios?’, la niña se quedo mirándolo y se dio cuenta que de esa respuesta dependía su vida, hizo una pausa y con firmeza lo miro a la cara y le dijo ‘Si, creo en Dios’, al instante, le volaron la cabeza a balazos.
Esto recorrió el mundo entero, dando testimonio de la fe de la niña y del precio que pago por Dios.
Quizás jamás te toque el caso que acabo de contar, pero tal vez te desanimas por las críticas, por desprecios, por el mutismo absoluto de tu líder o simplemente por flojera.
Si quieres ser un protagonista del Reino de Dios arriésgate, haz algo nuevo, derriba gigantes y muros, avanza aunque recibas oposición, atrévete sin miedos, levántate y mira hacia adelante y hazlo. No pidas permiso para servir a Dios, El ya te lo dio hace rato.

